Cuando el ser humano se conoce y toma las riendas de su persona, comienza el camino hacia los verdaderos milagros.

sábado, 3 de diciembre de 2011

La sinceridad del visitante

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"-Se comenzó a ver así, 'maestro' -'dijo' el médico-. 'Andaba' por los pasillos y 'veía' en 'mis' compañeros a seres de poca confianza en los que la amabilidad y la humanidad eran medidas, ocultando tras ellas hipocresía, falta de empatía.
-Un día, 'aturdido', 'me' dije que 'me' hallaba en una especie de prisión en la que 'debía' actuar como un carcelero más, como un hipócrita más... y ver a 'mis' pacientes como a simples trozos de madera, sin incumbirme su dolor.
-Ese día 'sudé' lágrimas y hielo ante el espejo y el corazón se 'me' puso del revés y casi no 'podía' respirar en una especie de atraganto.
-¿Y qué 'hiciste', pues? -'preguntó' el gurú.
-¿Qué 'crees'? -y 'se' sonrió el visitante con levedad.
-La cuestión estaba clara ante 'uno': Ser o no ser... Ahí se bifurcaba la senda de 'mi' vida y 'debía' elegir. SER O NO SER, 'maestro'. A cada paso se 'nos' plantea tal disyuntiva.
-Lo jodido, y 'perdona', es que casi 'toda la gente' se mete por la vía concurrida, pensando que es la acertada.
-El último día, 'andaba' por los pasillos, y no 'sé' por qué, pero 'se' vio todo sin antifaces, sin disfraces; cuánta mentira en el fondo. Cuánta mentira la vida tal como está."



(Braddha Bala)
(Foto: diariofisgon.blogspot.com)

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