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martes, 4 de enero de 2011

Recomiendan los altramuces para las dietas bajas en grasas

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Altramuces
La estructura microscópica del altramuz es similar a las partículas grasas de la carne. (Archivo)
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  • Expertos alemanes aseguran que ayudan a reducir la acumulación de grasas.
  • Sustituirán a materias primas animales para hacer embutidos y salchichas.
  • Elaboran un sustituto de la leche, a partir de proteínas de altramuz.
Científicos alemanes recomiendan la ingesta de altramuces en las dietas bajas en grasas, ya que su consumo ayuda a reducir su acumulación y contribuye a llevar una alimentación equilibrada. Han sido expertos del Instituto de Ingeniería de Procesos y Empaquetado de Freising (Alemania) los que han destacado las propiedades nutricionales de los altramuces.

Se podrán elaborar alimentos con aspecto y sabor similares al original, pero sin la nociva grasa animalDe hecho, auguran que, en un futuro, las semillas de altramuz sustituirán a las materias primas animales en la elaboración de múltiples alimentos, tradicionalmente de origen animal, como los embutidos y las salchichas, lo que reducirá notablemente el consumo de grasas.

Un sustituto de la leche

En países como Alemania, cada persona consume 31 kilos de salchichas al año, con alto riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Igualmente, estos expertos han presentado recientemente un sustituto de la leche convencional, elaborado a partir de proteínas de altramuz y apta para la preparación de otros derivados, como quesos o helados. Los expertos alemanes aseguran que no contiene lactosa, ni colesterol y tiene un sabor muy natural.

El mismo sabor sin las grasas nocivas

La clave está en la estructura microscópica de los altramuces, que es muy similar a las partículas grasas de la carne. Según los científicos alemanes, este descubrimiento permite elaborar alimentos con un aspecto y un sabor muy similares a los originales, pero sin la nociva grasa animal.

En los países emergentes, como China o Brasil, el consumo de carne está creciendo de forma alarmante y, en todo el mundo, se ha cuadruplicado desde 1961. Además, la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas ha alertado de que su producción y posterior ingesta se doblará de aquí a 2050, con los riesgos sobre la salud que conllevará.

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