Cuando el ser humano se conoce y toma las riendas de su persona, comienza el camino hacia los verdaderos milagros.

domingo, 18 de julio de 2010

Lo que enseña la enfermedad

No es casual que un alto porcentaje de pacientes oncológicos lleguen a la conclusión de que debido a la aparición del cáncer aprendieron a vivir... porque antes del diagnóstico estaban como “muertos en vida”y un shock como el que representa esta enfermedad los hizo reaccionar y empezar a valorar lo que estaban con posibilidades concretas de perder... o sea la vida!!!

Este cambio de actitud es, sin dudas el primer paso para poder sanarse, siempre que el camino elegido para lograrlo ayude a corregir activamente las causas de su enfermedad y no los convierta en pasivos receptores de cualquier terapia, convencional o no.
Es fundamental que estos pacientes no crean  que su enfermedad no tiene cura.
Se ha comprobado científicamente que “no existe enfermedades mas curables que las incurables, pero no existe nada más incurable que aquél que no se quiere curar” o bien de aquél que acepta pasivamente el DIAGNÓSTICO que el médico le da y de verdad cree que lo suyo no tiene una cura real sino un control relativo, siempre que sea medicado con lo que el sistema le sugiere “hacerle durar el funcionamiento de su cuerpo”, generándole, a menudo efectos adversos que requieren consumir cada vez más medicamentos hasta convertirlo en una farmacia ambulante SIN TENER EN CUENTA LA CALIDAD DE VIDA ,QUE ÉSE CONSUMO PROVOCA EN EL PACIENTE.
Verdaderamente nadie se cura de nada hasta que no entienda que lo que realmente está enfermo es el sistema de vida y habría que dejar de consumir lo que lo enferma, para no necesitar, en lo posible ningún medicamento.
Cualquier paciente debe configurarse a si mismo como actor social, lo que le da el derecho a preguntar, saber, investigar e informarse para así poder tomar con calma la decisión de cual es el tratamiento que va a elegir para la cura de cualquier patología que padezca.
Para parar el desvastador accionar de la “Cultura global”, debemos plantearnos seriamente dejar de “comprar todo lo que nos venden u ofrecen”, volcándonos a las únicas salidas que tenemos que son: la vida en comunidades autosuficientes, el desarrollo sustentable y la agricultura ecológica.
Si interpretamos lo que el destino nos quiere comunicar a través de una enfermedad, en lugar de gastar energías en quejarnos por no poder alcanzar los parámetros de consumo que el sistema sutilmente nos impone  y  como consecuencia  de darnos cuenta  cambiaríamos  lo que necesariamente debemos cambiar para sanarnos y crecer espiritualmente, que es el verdadero sentido de la vida, no necesitaremos más de la enfermedad y muy probablemente nos sanaremos de verdad.

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