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Desconcierto. Es la primera sensación cuando a un paciente le diagnostican
diabetes.
El mundo se viene encima.
Todo cambia: tiene que aprender a comer otra vez, asimilar nuevos
conceptos, abandonar viejos hábitos... Este lunes se celebra el Día
Mundial de la Diabetes, enfermedad caracterizada por un aumento de los
niveles de glucosa en la sangre: el azúcar está alto. El 14% de los
españoles padecen esta enfermedad crónica y la mayoría es diabético de
Tipo 2, si bien un 6% lo desconocen.
Y va a más. La jefa de servicio del Hospital Universitario Cruces de
Barakaldo y presidenta de la Sociedad Española de Diabetes, Sonia
Gaztambide, alerta de que
"uno de cada cuatro españoles" podría tener en pocos años "problemas para metabolizar los hidratos de carbono", que en la sangre se transforman en azúcar.
Uno de cada cuatro españoles podría tener en breve problemas para metabolizar los hidratos de carbonoLos
tipos de diabetes más comunes son la Tipo 1 (el páncreas no produce
insulina y se tiene que administrar vía subcutánea) y la Tipo 2 (el
páncreas produce insulina pero es insuficiente y hay que ayudarlo con
medicamentos orales). Esta última es la más común, supone
nueve de cada diez casos en España, y su incidencia ha crecido de forma más destacada en los últimos años, sobre todo por un cambio de
hábitos alimentarios.
"Poco queda ya de dieta mediterránea en España", se lamenta la
doctora Gaztambide. La mala alimentación, el sobrepeso y la vida
sedentaria son, junto al colesterol y la hipertensión, factores de
riesgo para tener diabetes. De hecho, dice Gaztambide,
"la prevalencia de la enfermedad aumenta en paralelo a la obesidad".
"Enfermedad traidora"
"En los últimos años se ha pasado de un 8% a un 12% de afectados en
España", argumenta el doctor Manuel Puig Domingo, del Servicio de
Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Germans Trias i
Pujol de Badalona.
Puig Domingo califica la
enfermedad de "traidora"
porque, afirma, "va haciendo daño sin hacer el más mínimo ruido".
Problemas en los riñones, en el sistema nervioso, los vasos sanguíneos,
el corazón y la retina son a largo plazo las complicaciones más
habituales de una enfermedad que no tiene síntomas claros y que se puede
detectar por tener una sed excesiva, ganas orinar constantes, un
cansancio extremo y la pérdida excesiva de peso sin hacer dieta.
La diabetes "no se puede prevenir, pero si retrasar su aparición 10 años", añade Domingo,
"si se lleva una vida sana, se evita la obesidad
y se practica algo de ejercicio". La diabetes representa entre 15 y el
20% del gasto sanitario en España, entre 10.000 y 15.000 millones de
euros al año, según datos del Sistema Nacional de Salud.
Con todo, afirma la doctora, esta enfermedad
"se puede controlar con algún sacrificio",
y coincide con Puig al reclamar a las administraciones que "integren la
educación en diabetes en las agendas de las personas que atienden a los
afectados". "Educación, educación y educación. Es fundamental para
minimizar sus riesgos", concluye.
Una marea azul en los edificios
Como el rosa se vincula al cáncer de mama o el rojo al Sida, el azul
es el color de la diabetes. Un día antes de lo previsto, diferentes
edificios públicos se tiñeron este domingo de este color para conmemorar
el día mundial de la enfermedad. En Barcelona y en Oviedo, los
ayuntamientos se iluminaron de este color. En Madrid, la puerta de
Alcalá lo hará esta tarde... Y así hasta 900 edificios en 84 ciudades.
En primera persona
"El palo fue que mi hijo también la tuviera"Lidia paredes. diabética desde hace 10 años.
Lidia descubrió que era diabética en una revisión médica que le
realizaron en su empresa hace 10 años. "Fue duro asimilarlo", recuerda.
No era nuevo para ella: su madre y sus abuelos maternos lo habían sido.
Lidia se trató con pastillas durante dos años,
hasta que se quedó embarazada de su hijo Víctor y empezó a inyectarse
insulina. Desde entonces sigue este tratamiento. Y lo lleva bien si no
fuera porque "el 18 de marzo de 2010" descubrió que Víctor también era
diabético. "Fue y sigue siendo el gran palo", asegura contundente.
Porque "aunque lo traten como un igual, es diferente. En el fútbol le
hacen jugar de defensa para que no tenga que correr tanto o sale menos
rato que sus compañeros", lamenta esta madre. A pesar de estos pequeños
contratiempos, Lidia y Víctor llevan la enfermedad bien controlada:
siguen una dieta equilibrada y hacen deporte.
Y si bien Víctor echa de menos las chuches de su etapa prediabética,
Lidia se contentaría con poder comer "un cruasán con el café con leche
de la mañana".
"Ojalá corriera la maratón de Nueva York" Tomás fuertes. Diabético hace 13 años.
Al risueño Tomás le diagnosticaron diabetes en 1998, cuando tenía 11
años. Desde entonces, su relación con la enfermedad ha sido de amor
odio. Tuvo
una "etapa rebelde", en la que no quería
hacerse controles ni ponerse insulina: "Comía de todo, como si no
tuviera diabetes", y lo pagó caro, porque tuvo que pasar cuatro días en
la UCI al desarrollar una cetoacidosis, una de las complicaciones de la
enfermedad, y una retinopatía (daño en los vasos sanguíneos de la
retina). Un día, su ahora mujer le habló claro: "Si no te cuidas, no
irás bien". Y dicho y hecho. Dejó de fumar, volvió a correr (hace unos
50 km semanales) y controla los niveles de azúcar y la insulina
necesaria.
Ha participado en cuatro maratones (este
domingo acudió a la de la Costa Daurada) y su sueño es correr "la de
Nueva York o la de Praga, donde fuimos de viaje de novios".
(Fuente: 20minutos.es)