- Meditar aumenta la plasticidad cerebral y mejora circuitos cerebrales y químicos.
- Crece la actividad del lóbulo frontal, asociado a la felicidad y el bienestar.
- EUROPA PRESS. 06.05.2013 - 11:48h
Meditar tiene efectos muy positivos en quien la practica. Efectos intangibles y tangibles. La ciencia, que se encarga de esto último, acaba de demostrar que la meditación mejora la coordinación entre las neuronas. Un estudio ha podido comprobar que quienes hacen meditación gozan de mejor salud y bienestar que el resto de la población.
Entre las conclusiones del trabajo, se encuentra que durante la meditación tienen lugar cambios funcionales, como el aumento de la plasticidad cerebral, que pueden mejorar la coordinación entre las conexiones de los circuitos cerebrales y químicos, con una disminución de la actividad metabólica neuronal y un aumento de la inmunidad, que afectan a la estructura psicológica del cerebro.
Esta práctica puede ser de gran ayuda ante depresión, ansiedad y estrésDe esta forma, los autores afirman que la meditación mejora la coordinación entre las neuronas y altera los circuitos cerebrales, "lo que puede inducir a cambios permanentes y positivos, influyendo de manera positiva en la salud y el bienestar, por lo que esta práctica puede ser de gran ayuda en aquellas enfermedades que producen alteración en la atención, depresión, ansiedad, conducta y estrés".
El estudio –publicado en la revista científica Plos One– ha contado con la participación de expertos españoles: el jefe de servicio de diagnóstico por imagen de Hospital Quirón Zaragoza, Nicolás Fayed, la miembro del Departamento de Sociología y Psicología de la Universidad de Zaragoza, Yolanda López del Hoyo, y el médico del servicio de Psiquiatría del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, Javier García-Campayo.
Fayed explica que "hay una clara relación entre nuestras neuronas y las emociones". Se refiere también a la investigación The estructure of mindful brain, según la cual, "quienes meditan presentan un aumento de la actividad en el lóbulo frontal –asociado a las emociones de felicidad y bienestar–, y también de la ínsula, que funciona como el centro neurológico de la integración afectiva, autónoma y cognitiva".
Entre las conclusiones del trabajo, se encuentra que durante la meditación tienen lugar cambios funcionales, como el aumento de la plasticidad cerebral, que pueden mejorar la coordinación entre las conexiones de los circuitos cerebrales y químicos, con una disminución de la actividad metabólica neuronal y un aumento de la inmunidad, que afectan a la estructura psicológica del cerebro.
Esta práctica puede ser de gran ayuda ante depresión, ansiedad y estrésDe esta forma, los autores afirman que la meditación mejora la coordinación entre las neuronas y altera los circuitos cerebrales, "lo que puede inducir a cambios permanentes y positivos, influyendo de manera positiva en la salud y el bienestar, por lo que esta práctica puede ser de gran ayuda en aquellas enfermedades que producen alteración en la atención, depresión, ansiedad, conducta y estrés".
El estudio –publicado en la revista científica Plos One– ha contado con la participación de expertos españoles: el jefe de servicio de diagnóstico por imagen de Hospital Quirón Zaragoza, Nicolás Fayed, la miembro del Departamento de Sociología y Psicología de la Universidad de Zaragoza, Yolanda López del Hoyo, y el médico del servicio de Psiquiatría del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, Javier García-Campayo.
Fayed explica que "hay una clara relación entre nuestras neuronas y las emociones". Se refiere también a la investigación The estructure of mindful brain, según la cual, "quienes meditan presentan un aumento de la actividad en el lóbulo frontal –asociado a las emociones de felicidad y bienestar–, y también de la ínsula, que funciona como el centro neurológico de la integración afectiva, autónoma y cognitiva".
Meditando en un monasterio budista
En la investigación se han comparado los cerebros de diez personas que practican meditación en un monasterio budista y otras diez personas sanas que no realizan esta práctica. Se les planteó un cuestionario de ansiedad, depresión, deterioro cognitivo y atención. A los dos grupos se les realizó una resonancia magnética cerebral con espectroscopia, que mide metabolitos o sustancias químicas cerebrales en una determinada región del cerebro.
Al comparar ambos grupos, los meditadores mostraron una significativa disminución de la ansiedad y depresión, así como aumento muy importante de la atención con respecto a los controles. También se observó un incremento significativo de la conectividad o plasticidad cerebral a nivel de las fibras de la sustancia blanca, que conectan las estructuras profundas, como el tálamo, con la corteza parietal superior izquierda, parte del celebro que controla la consciencia de uno mismo.
Al comparar ambos grupos, los meditadores mostraron una significativa disminución de la ansiedad y depresión, así como aumento muy importante de la atención con respecto a los controles. También se observó un incremento significativo de la conectividad o plasticidad cerebral a nivel de las fibras de la sustancia blanca, que conectan las estructuras profundas, como el tálamo, con la corteza parietal superior izquierda, parte del celebro que controla la consciencia de uno mismo.
Fuente: 20minutos.es